El desprecio

Janus, Verónika, Pedro, Vogler y Nora conforman un grupo de teatro que intenta sobrevivir a fines de los años 80. Para ello, montan un proyecto que propone a los médicos un entrenamiento respecto de cómo darle un diagnóstico terminal a un paciente.

Sin embargo, el proyecto no llega a buen puerto: el ensayo de las escenas, a partir de las cuales el espectador va prefigurándose de qué va dicho entrenamiento, se ve interrumpido una y otra vez; atrevesado por la tensión emocional, siempre in crescendo, entre Pedro y Vogler. A medida que se desarrollan las escenas, las discusiones entre ambos, en pareja desde hace 10 años, van subiendo de tono y en intensidad emocional, rayando el límite de lo insostenible. Como en un acto reflejo a las heridas que se abren los dos hombres, la pareja de Janus y Verónika establece, progresivamente, un diálogo íntimo que desencadenará una profunda y conmovedora confesión de Janus hacia su mujer, y un posterior acto de desprecio de ella hacia él.

A partir de una situación simple la obra muestra la debilidad de las relaciones amorosas, y cuánto daño podemos hacernos o, quizás, cuánto amor nos falta dar.