Doce mujeres con Angel

Una pieza que reflexiona acerca del amor en sus diferentes matices: incondicional, idealizado, maternal, no correspondido. Doce mujeres con algo en común: un mismo hombre al que todas amaron, aunque cada una de forma diferente. En su encuentro saldrán a la luz los recuerdos, las alegrías, las penas y los secretos.

¿Qué sucede cuando se confrontan distintas miradas sobre un mismo ser amado?, ¿surgen tantos individuos como ojos lo miran, o su verdadero ser radica en la unión de estas disímiles visiones?, ¿existe realmente, o es una mera creación de la subjetividad?

Esta obra es el fruto de los talleres de montaje del Estudio Rio Plateado, los cuales están dirigidos a sus alumnos egresados. Este, del que surge “Doce mujeres con ángel”, se ha dado en llamar “Los personajes interiores”. La propuesta es la creación de personajes a partir de aspectos del propio carácter de los participantes. Una vez construidos los personajes y a partir de su interacción, se estructura una historia que culmina en un espectáculo teatral a ser presentado.

“La propuesta fue reflexionar sobre el amor. Doce mujeres conectadas por un hombre al que todas amaron de distintas maneras. Nos encontramos con esa romántica que habita en cada una de nosotras. Como contrapartida, surgió la figura arquetípica de Don Juan, ese amante dispuesto a desplegar su seducción para sumergirse en amores intensos, aunque suelen ser breves. Descubrimos entonces que muchas veces el precio de la ilusión es el dolor y que éstas enamoradas iban quedando atrapadas en una telaraña, sin poder salir. Por mi parte, darle voz a los personajes significó sumergirme en cada una de estas criaturas y despertar ese aspecto particular dentro de cada una de las actrices”, comenta Patricia Sadi

“Los talleres de montaje que se realizan en Río Plateado constituyen la posibilidad de transitar la experiencia del teatro para los jóvenes actores egresados de nuestra escuela. La presencia indispensable del público les permite iniciar una nueva etapa que complemente el ciclo de formación y proyecta el deseo y la decisión de ser actores”, comenta Hugo Midón