27/10/2025 02:27por Elsa 256 Disfrutamos en grupo esta obra de Fiódor Dostoievski donde se desnudan grandes contradicciones humanas, y nos deja entre otros, un imperdible mensaje final. Muy buenas actuaciones, iluminación, vestuario y original puesta en escena. Si nunca leyeron este texto del gran maestro del realismo literario por su profunda exploración de la psicología humana, recomiendo ver esta obra, y si alguna vez lo leyeron, también...gracias !
27/10/2025 02:15por León J 27 Una obra que eriza la piel, necesaria, visceral, la pasión narrada, hecha poética, hecha pasión de lo vincular, un relato exquisito en su dramaturgia y transformación... más allá de la guerra, más allá de la historia, más allá de los mitos, está el amor, y la entrega...
La interpretación por el actor es tan sensible, visceral, verdadera, es una entrega al ritual de su arte, dejá allí su alma, su corazón, su compromiso con la nobleza de una puesta teatral. Parece que actúa para cada espectador, sus miradas, sus gestos, apuntan a cada unx... Un director de excelencia, que supo captar, guiar y organizar todo este acontecimiento de historias, energías, escenas... Acompañando por un muy buen uso de luces, música y herramietas de lo audiovisual... Una potente performatividad, que queda pulsando en los espectadores...
Amar a Dylan
27/10/2025 01:33por Silvio 17 Siempre es un lujo ver a Susana Yasan en escena, potente, dulcemente desgarradora, el texto tranquilamentey su decir, darleforma acaricia tambien o talvez la poéticade Dylan Hermosa actuación, la realización de videos y la puesta, altamente recomendable
27/10/2025 01:26por MAXIMILIANO 83 “Nada del Amor me Produce Envidia” es un melodrama musical cuyo anclaje se sitúa en el universo de las cancionistas argentinas de los años treinta. Tomando como punto de partida una mítica anécdota que une a Libertad Lamarque y Eva Perón -mujeres de raza distinta, ¿o no? -, Santiago Loza crea, junto a María Merlino y Diego Lerman, un proyecto en tripartito que da forma a una obra valiosa, donde la búsqueda de matices prevalece sobre la grandilocuencia.
En escena, una costurera de barrio — sola frente al vestido — vive una existencia simple y aislada. Escucha, cose y calla. Guarda su boca cerrada para no decir lo que no debe. Transcurren los años cincuenta en Argentina. Entre hilos y telas, sus días ofrecen solo monotonía hasta que un inesperado pedido cambia el rumbo de su destino. Horas de silencio y quietud preceden la decisión de toda una vida: el cuerpo resiste cuando la elección se posa frente a nosotros. En sus manos reposa el mejor vestido que alguna vez pudo hacer; Eva y Libertad se lo disputan. ¿Qué hacer cuando la palabra ‘yo’, siempre disminuida, se convierte en ‘yo’ con mayúsculas?
En tiempo de mujeres costureras — figuras importantes en el entorno pueblerino — , el lenguaje implementado por Loza indaga en lo exagerado y lo inverosímil para acercarnos al personaje, mientras palabras y canciones generan el clima apropiado, en un intuitivo acercamiento a época que respira nostalgia y lucidez. El espectáculo, protagonizado por Merlino y dirigido por Lerman — de prolífica trayectoria en el medio cinematográfico — , se apoya en esa disputa íntima para elaborar una serie de reflexiones sobre el poder, la envidia y la condición femenina. ¿De quién es el poder? ¿de aquella mujer que viste el traje o de quien lo confecciona? En el juego de apariencias que se despliega, a primera vista, las estrellas no son tal y como lucen en la pantalla.
En “Nada del Amor me Produce Envidia”, lo extraordinario no se planea: emerge en lo pequeño, en el roce. El texto interroga a la propia protagonista, temerosa de quedar ‘maldita por los siglos de los siglos’: ¿valora la lujuria el esfuerzo de quien pasa noches sin dormir gestando vestidos glamorosos? Hacer un vestido equivale a cumplir con una misión. Como las grandes divas del cine y del radioteatro que busca emular, “Nada del Amor me Produce Envidia” confirma que tiene poder el que puede, pero también el que sabe sostener la aguja frente al esplendor ajeno.
Desde su estreno en el Sportivo Teatral, en 2008, la obra ha tenido un profuso tránsito en festivales nacionales e internacionales, prolongándose de forma ininterrumpida por una década y media. Durante 2025, se presentó por última vez en Buenos Aires durante el pasado mes de marzo, en el Centro Cultural Borges. Una versión de la obra se encuentra actualmente disponible en la plataforma Teatrix.