Una excitación por el fuego recorre de forma espontánea
los barrios de toda la ciudad sin que nadie encuentre
razones, los vecinos se reúnen en las esquinas a quemar
sus propias pertenencias en hogueras colectivas.
Queman los objetos ligados a memorias y recuerdos.
Dos mujeres, amigas de toda la vida, están en la casa de
una de ellas. Una es vice-directora jubilada de una escuela
y desespera por no perder su vínculo con la institución en
la que trabajó toda una vida, la otra, se prueba la ropa que
han dejado los muertos de su familia.
Afuera, la ciudad de humo y ceniza, la euforia descontrolada
y sin rumbo de la quema.
Dramaturgia y Dirección: Gustavo Guirado
Actúan: Claudia Schujman y Paula Fernandez
Esta obra indaga en la laberíntica construcción de la
realidad, lo efímero del sentido en un mundo sujeto a la
mediatización del mismo, preso de la complejidad
kafkiana de imaginar el futuro o el mañana inmediato.
Trata, además, sobre la precariedad de las palabras para
nombrar y significar.
La Quema plantea un mundo donde reina la confusión
y la representación salvaje y vacía. Pero también la
ternura, como lenguaje último de las cosas últimas, en un
mundo, ya, último.
los barrios de toda la ciudad sin que nadie encuentre
razones, los vecinos se reúnen en las esquinas a quemar
sus propias pertenencias en hogueras colectivas.
Queman los objetos ligados a memorias y recuerdos.
Dos mujeres, amigas de toda la vida, están en la casa de
una de ellas. Una es vice-directora jubilada de una escuela
y desespera por no perder su vínculo con la institución en
la que trabajó toda una vida, la otra, se prueba la ropa que
han dejado los muertos de su familia.
Afuera, la ciudad de humo y ceniza, la euforia descontrolada
y sin rumbo de la quema.
Dramaturgia y Dirección: Gustavo Guirado
Actúan: Claudia Schujman y Paula Fernandez
Esta obra indaga en la laberíntica construcción de la
realidad, lo efímero del sentido en un mundo sujeto a la
mediatización del mismo, preso de la complejidad
kafkiana de imaginar el futuro o el mañana inmediato.
Trata, además, sobre la precariedad de las palabras para
nombrar y significar.
La Quema plantea un mundo donde reina la confusión
y la representación salvaje y vacía. Pero también la
ternura, como lenguaje último de las cosas últimas, en un
mundo, ya, último.
